No tienes que ser el superhéroe o la superheroína que lo puede todo. No tienes que darte cuenta de todo ni ser perfecto en todos los roles que desempeñas: madre, padre, esposo/a, ama/o de casa, profesional, mujer, hombre.
Porque cuando tu cuerpo te pida atención, serán pocos los que recordarán que te esforzaste por ser todo en uno solo.
Así que deja la casa para después, sal a caminar, ve al parque, comienza a cuidar de ti en el gimnasio. Cómprate esa lonchera que tanto deseas. Date el gusto de ir al salón y descansar hasta más tarde. Ponte la ropa que te gusta, sé tú mismo. Cuídate, ámate y hazlo exclusivamente por ti.
El hijo crecerá, el esposo o la esposa a veces se irán, el empleo encontrará rápidamente un reemplazo y la casa se ensuciará de nuevo. Pero tú, quizás no tengas una segunda oportunidad.
Rompe con el mito del superhéroe y reconoce tu propia humanidad. Permítete priorizarte, cuidarte y amarte. Porque solo cuando te cuidas a ti mismo, puedes estar presente y ofrecer lo mejor de ti a los demás.
¡Ámate a ti mismo y descubre el poder transformador que hay en cuidar de tu propio ser!
Autor: Leonardo Amaraldo Delgado
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